Comparación entre el caso publicado y las notas manuscritas
durante el análisis
Nunca está de más recordar que Freud tenía por costumbre quemar
periódicamente sus anotaciones sobre casos clínicos, escritos personales, manuscritos
preliminares y correspondencia (1) (2) (3). Aunque sus familiares no
consintieron su deseo de que sus
documentos fueran quemados luego de su muerte (4), sigue siendo un
afortunado azar que hayan sobrevivido sus anotaciones referentes a los primeros
cuatro meses de análisis del Hombre de las Ratas.
Al parecer Freud anotaba sólo aquello
que estaba en relación con la reconstrucción del caso que planeaba publicar. Es
decir que estas notas no pueden considerarse transcripciones fieles de las
sesiones, pero sin dudas representan una versión menos elaborada que puede
darnos una idea del proceso de construcción de este caso –y presumiblemente de
otros.
Un resumen en el que se muestre
una comparación justa entre el relato publicado y las anotaciones del caso sólo
sería posible a través de citas textuales que permitan ver cómo el estilo de
Freud sirve al propósito de diluir sus hipótesis en lo que el lector interpreta
como reportes del paciente. Pero a fines de divulgación en internet, lo
siguiente se limita a presentar las contradicciones más evidentes.
Parte 1: La
historia se repite
El hecho es que Ernst Lanzer (el
Hombre de las Ratas) estaba enamorado de su prima Gisela, quien no era lo
suficientemente adinerada como para considerar una unión entre ambos.
Por otra parte, en una sesión
Lanzer mencionó al pasar que seis años antes su madre había arreglado el
casamiento entre él y una adinerada pariente lejana.
1)
El dilema del padre:
Versión
publicada: La primera muestra del trabajo de deformación literaria
de Freud se ve cuando el mismo nos informa sobre lo profundamente enamorado que
el padre del paciente había estado de una muchacha de origen humilde, en su
pasado. Freud habla con tanto desenfado acerca del “dilema” al cual se enfrentó
el padre cuando hubo de elegir entre la pobre mujer amada y una mujer adinerada
que le había sido asignada, que el lector pensaría que este hecho habría sido
informado por el mismo paciente.
Anotaciones
preliminares: Sin embargo, en las notas personales de Freud la
historia es diferente: lo que el paciente había reportado fue que su madre
solía bromear respecto a la ocasión en que su padre cortejó a la hija de un
carnicero, pero no hay nada más que permita afirmar que haya existido aquel
“dilema”.
2)
La aceptación del paciente:
Versión
publicada: Freud cuenta que finalmente el padre se había decido por
la mujer que aseguraría su porvenir (la misma que más tarde sería la madre del
paciente). En otras palabras, que el padre se habría casado por interés
económico. Según el relato, Lanzer
acepta esta interpretación luego de un largo y oscuro período de resistencia.
Anotaciones
preliminares: Si bien las notas coinciden en que Lanzer rechazó esta
interpretación, no dicen nada sobre la mentada aceptación posterior. Pero lo mejor es que Freud no necesitaba ese
tipo de consentimiento: él pensaba que
el hecho mismo de que Lanzer rechazara su sugerencia era en sí una confirmación
(pero era más convincente publicar que la confirmación fue dada por el paciente).
Similares
a esta, en las notas se ven otras interpretaciones que el paciente rechazaba
con vehemencia: se dice que el paciente
“está seguro de nunca haber pensado que podía desear la muerte de su padre”,
que “está extremadamente alterado, es extremadamente incrédulo”, y que “no
puede creer que alguna vez haya tenido este deseo contra su padre” (5).
3)
El sueño
confirmatorio:
Versión
publicada: Según el caso publicado, en una ocasión Lanzer
casualmente se encontró con la hija de Freud, luego de lo cual habría tenido un
sueño en el que vio a la misma “con dos parches de excremento en vez de ojos”.
Por supuesto (?) esto significa que el paciente se había enamorado de la
muchacha, no por sus “bellos ojos”, sino por su dinero. (No es que Lanzer realmente
se haya interesado en la hija de Freud, sino que en ella se materializaba su
deseo inconsciente de seguir los pasos de su padre y casarse con la chica
adinerada.)
Anotaciones
preliminares: Pasemos por alto el hecho de que en las anotaciones no
existe mención sobre dicho encuentro entre Lanzer y la hija de Freud. Lo que sí
queda claro es que el sueño que supuestamente reporta el paciente es anotado
aquí como una fantasía. Peor aún, ni siquiera es una fantasía sobre la cual el
paciente haya hablado, sino una que Freud interpretó. (Después de todo, no es
que todos sepamos –inconscientemente- que, según la teoría de Freud, el
excremento equivale al dinero…)
(Parece que
Freud tenía la intención de establecer paralelismos:
si el padre de Lanzer tuvo un dilema al tener que elegir entre la chica pobre o
la chica rica, entonces la enfermedad de Lanzer tiene su origen en el momento
en que se enfrenta a un dilema idéntico al del padre. El padre de Lanzer se
casó por dinero, por lo tanto, Lanzer tiene el deseo inconsciente de seguir los
pasos de su padre y casarse por dinero.)
Parte 2: Spielratte
El hecho es este: Lanzer había
desarrollado un miedo obsesivo a “la idea de las ratas” luego de que un colega del
servicio militar le contara acerca de un método de tortura oriental que
implicaba un contenedor lleno de ratas sujeto a la parte posterior del
torturado, de modo que las ratas sólo tuvieran una forma de escapar...
En particular, era persistente el miedo a que este tipo de tortura le fuera aplicada a Gisela y, de una manera no menos obsesiva, Lanzer se imponía sanciones con el fin de evitar que ocurriera aquello.
En particular, era persistente el miedo a que este tipo de tortura le fuera aplicada a Gisela y, de una manera no menos obsesiva, Lanzer se imponía sanciones con el fin de evitar que ocurriera aquello.
1) La deuda del
correo:
Anotaciones
preliminares: Durante el servicio militar ocurrió una vez que
alguien pagó por un paquete de correo por Lanzer. Un capitán informa a Lanzer
sobre la identidad del benefactor y le indica que le vuelva el dinero. Pero
para el momento en que el paciente descubre que el dato era equivocado, ya se
había construido una primera sanción obsesiva: Lanzer razona que si no cumple
con su palabra (es decir, devolver el dinero al supuesto pero falso benefactor),
habrá consecuencias desastrosas para todos.
Es
difícil para el paciente no acatar su sanción. En un sueño resuelve la situación en un complicado intercambio de
dinero que incluye al benefactor falso, al benefactor verdadero, y a una joven
mujer que trabaja en la
oficina de correos.
Versión
publicada: Sin embargo, en el caso publicado Freud ignora los datos
de sus propias anotaciones (según las cuales lo más probable era que el
benefactor fuera el teniente encargado del correo de los soldados) para
argumentar, de un modo inesperado, que a quien en realidad se le debía el
dinero era nada menos que a la joven
mujer que trabajaba en la oficina de correos… En otras palabras, la mujer que sólo aparece en un sueño del
paciente se convierte ahora en un actor definitivo, cuyas palabras también se
nos reporta. Hay que insistir: en
las notas no hay nada que permita suponer que Lanzer siquiera hubiera estado
alguna vez en la oficina de correos, menos aún que hubiera conocido a la
persona detrás del mostrador.
2) El Capitán
anónimo:
En una sesión posterior –y a pedido de Freud- Lanzer agrega
la mención de un hecho que habría ocurrido antes de lo recién expuesto.
Versión publicada: El primero en dar cuenta a Lanzer
sobre la existencia de un paquete para él, había sido otro capitán, que el
paciente acababa de conocer. Este anónimo le cuenta que antes de ese primer
encuentro, casualmente había oído preguntar por un tal Lanzer en la oficina de
correos, ya que tenía correspondencia. Según la versión publicada, cuando el
anónimo hubo respondido que no lo conocía, la joven mujer que trabajaba en la oficina dijo que podía confiar en
Lanzer (un soldado cualquiera, desconocido para ella) y pagar su cuenta.
Anotaciones preliminares: Ya habíamos
dicho que en las notas no se dice nada acerca de la existencia de esta joven
confianzuda y lisonjera -excepto por aquel sueño del paciente.
Además, como si no fuera lo suficientemente inverosímil, esta versión -en la que el benefactor fue la joven empleada y no el teniente encargado del correo de los soldados- no explicaría cómo el paquete llegó a manos de Lanzer.
Además, como si no fuera lo suficientemente inverosímil, esta versión -en la que el benefactor fue la joven empleada y no el teniente encargado del correo de los soldados- no explicaría cómo el paquete llegó a manos de Lanzer.
¿Para qué inventaría esto Freud? En
resumen, Freud vuelve a los paralelismos
que tanto benefician a su teoría, e inventa una rivalidad entre la joven que
trabaja en la oficina de correos (“la chica pobre”) y la hija del dueño de un
hotel (“la chica rica”). Y no diremos nada acerca de que la existencia de la
segunda jamás se menciona en las anotaciones...
3) La solución
a la idea de las ratas:
Anotaciones
preliminares: Se registra que en cierta sesión Lanzer cuenta varias
anécdotas de cuando su padre era un soldado. En una de ellas su padre había
perdido prácticamente todo su dinero apostando en un juego de cartas. Ante su
desesperación, un colega decide prestarle dinero. Luego de terminar el servicio
militar, el padre intentó localizar a este hombre, pero no lo logró. Freud termina escribiendo entre paréntesis:
“¿pagó su deuda?”.
Hay dos posibilidades: o el padre pagó su deuda antes de
terminar el servicio y buscaba al hombre por otras razones, o no pagó su deuda
nunca.
Por su pregunta al final, es evidente que Freud no intentó interrogar al paciente al respecto, por lo menos en esa sesión (fechada el 30 de Noviembre de 1907).
Por su pregunta al final, es evidente que Freud no intentó interrogar al paciente al respecto, por lo menos en esa sesión (fechada el 30 de Noviembre de 1907).
Pero las minutas de la reunión de la Sociedad Psicoanalítica
de Viena en la que Freud reporta haber descubierto la solución del caso registra
que, en palabras del Profesor:
“[El padre] probablemente nunca pagó esta deuda puesto que era un Spielratte” (Fechado el 8 de Abril de 1908) (6).
“[El padre] probablemente nunca pagó esta deuda puesto que era un Spielratte” (Fechado el 8 de Abril de 1908) (6).
En primer lugar, puede verse que en más de tres meses Freud todavía no había hecho el esfuerzo de preguntar a Lanzer sobre este importante punto. También llama la atención el atributo de Spielratte (rata de juego, rata de apuestas), ya que es algo que no había aparecido antes en sus anotaciones.
Es más, pareciera que Freud es el primero y el único en
caracterizar al padre del paciente como un Spielratte, a fin de aumentar la
probabilidad de que el hombre fuera de hecho un deudor.
Versión
publicada: Aunque Freud no parecía tener mucha prisa por interrogar
a Lanzer, lo que dijo a sus lectores fue que “el paciente no sabía con
seguridad” si su padre pagó o no la deuda. Luego agrega que el recuerdo de este
pecado de la juventud del padre era muy doloroso para el paciente…
…Puesto
de otro modo: según Freud el paciente no sabía si su padre era un deudor o no,
al mismo tiempo que el hecho de que su padre fuera un deudor le causaba dolor.
Notas:
(1) Mijolla,
Alain de (1993), ‘Freud, la biographie, son autobiographie et ses biographes’,
Revue internationale d’histoire de la psychanalyse, pp.81–108.
(2)
Gay, Peter (1988), ‘Freud. A Life
for Our Time’, New York, Norton.
(3)
Wilkinson, Ronald (1985), Section
‘History of science/ Psychoanalytic collections’, Library of Congress
Acquisitions, Manuscript Division, pp.27–31.
(4)
Ibídem, p.27.
(5)
Freud (1907–8b), pp.76, 84.
(6) Nunberg, Herman and Federn, Ernst (eds.) (1962),Minutes of the Vienna Psychoanalytic
Society, vol. 1: 1906–1908, trans. M. Nunberg, New York, International
Universities Press, pp.370-1.
Citados
en: Borch-Jacobsen (2012).
Bibliografía:
Freud, Sigmund (1907–8a), Original Record of the ‘Ratman’ Case, SE 10.
Freud, Sigmund (1907–8b[1994]), L’homme aux rats. Journal d’une analyse,
trans. into
French by Elza Ribeiro Hawelka in collaboration with Pierre Hawelka,
Paris, Presses Universitaires de France (4th edn).
Freud, Sigmund (1909), ‘Notes upon a case of obsessional neurosis’, SE
10.
Citados en: Borch-Jacobsen, Mikkel y Shamdasani, Sonu
(2012), ‘The Freud files: an inquiry into the history
of psychoanalysis’, New York, Cambridge University Press, pp. 208-223.
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