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sábado, 31 de mayo de 2014

El Psicoanálisis y el Fraude- Fraudes de Freud VI- El hombre de las Ratas (Segunda Parte)

Comparación entre el caso publicado y las notas manuscritas durante el análisis


Nunca está de más recordar que Freud tenía por costumbre quemar periódicamente sus anotaciones sobre casos clínicos, escritos personales, manuscritos preliminares y correspondencia (1) (2) (3). Aunque sus familiares no consintieron su deseo de que sus documentos fueran quemados luego de su muerte (4), sigue siendo un afortunado azar que hayan sobrevivido sus anotaciones referentes a los primeros cuatro meses de análisis del Hombre de las Ratas.

Al parecer Freud anotaba sólo aquello que estaba en relación con la reconstrucción del caso que planeaba publicar. Es decir que estas notas no pueden considerarse transcripciones fieles de las sesiones, pero sin dudas representan una versión menos elaborada que puede darnos una idea del proceso de construcción de este caso –y presumiblemente de otros.

Un resumen en el que se muestre una comparación justa entre el relato publicado y las anotaciones del caso sólo sería posible a través de citas textuales que permitan ver cómo el estilo de Freud sirve al propósito de diluir sus hipótesis en lo que el lector interpreta como reportes del paciente. Pero a fines de divulgación en internet, lo siguiente se limita a presentar las contradicciones más evidentes.







Parte 1: La historia se repite

El hecho es que Ernst Lanzer (el Hombre de las Ratas) estaba enamorado de su prima Gisela, quien no era lo suficientemente adinerada como para considerar una unión entre ambos.
Por otra parte, en una sesión Lanzer mencionó al pasar que seis años antes su madre había arreglado el casamiento entre él y una adinerada pariente lejana.


1)    El dilema del padre:
Versión publicada: La primera muestra del trabajo de deformación literaria de Freud se ve cuando el mismo nos informa sobre lo profundamente enamorado que el padre del paciente había estado de una muchacha de origen humilde, en su pasado. Freud habla con tanto desenfado acerca del “dilema” al cual se enfrentó el padre cuando hubo de elegir entre la pobre mujer amada y una mujer adinerada que le había sido asignada, que el lector pensaría que este hecho habría sido informado por el mismo paciente.

Anotaciones preliminares: Sin embargo, en las notas personales de Freud la historia es diferente: lo que el paciente había reportado fue que su madre solía bromear respecto a la ocasión en que su padre cortejó a la hija de un carnicero, pero no hay nada más que permita afirmar que haya existido aquel “dilema”.


2)    La aceptación del paciente:
Versión publicada: Freud cuenta que finalmente el padre se había decido por la mujer que aseguraría su porvenir (la misma que más tarde sería la madre del paciente). En otras palabras, que el padre se habría casado por interés económico.  Según el relato, Lanzer acepta esta interpretación luego de un largo y oscuro período de resistencia.

Anotaciones preliminares: Si bien las notas coinciden en que Lanzer rechazó esta interpretación, no dicen nada sobre la mentada aceptación posterior.  Pero lo mejor es que Freud no necesitaba ese tipo de consentimiento: él pensaba que el hecho mismo de que Lanzer rechazara su sugerencia era en sí una confirmación (pero era más convincente publicar que la confirmación fue dada por el paciente).
Similares a esta, en las notas se ven otras interpretaciones que el paciente rechazaba con vehemencia: se dice que el paciente “está seguro de nunca haber pensado que podía desear la muerte de su padre”, que “está extremadamente alterado, es extremadamente incrédulo”, y que “no puede creer que alguna vez haya tenido este deseo contra su padre” (5).


3)    El sueño confirmatorio:
Versión publicada: Según el caso publicado, en una ocasión Lanzer casualmente se encontró con la hija de Freud, luego de lo cual habría tenido un sueño en el que vio a la misma “con dos parches de excremento en vez de ojos”. Por supuesto (?) esto significa que el paciente se había enamorado de la muchacha, no por sus “bellos ojos”, sino por su dinero. (No es que Lanzer realmente se haya interesado en la hija de Freud, sino que en ella se materializaba su deseo inconsciente de seguir los pasos de su padre y casarse con la chica adinerada.)

Anotaciones preliminares: Pasemos por alto el hecho de que en las anotaciones no existe mención sobre dicho encuentro entre Lanzer y la hija de Freud. Lo que sí queda claro es que el sueño que supuestamente reporta el paciente es anotado aquí como una fantasía. Peor aún, ni siquiera es una fantasía sobre la cual el paciente haya hablado, sino una que Freud interpretó. (Después de todo, no es que todos sepamos –inconscientemente- que, según la teoría de Freud, el excremento equivale al dinero…)


(Parece que Freud tenía la intención de establecer paralelismos: si el padre de Lanzer tuvo un dilema al tener que elegir entre la chica pobre o la chica rica, entonces la enfermedad de Lanzer tiene su origen en el momento en que se enfrenta a un dilema idéntico al del padre. El padre de Lanzer se casó por dinero, por lo tanto, Lanzer tiene el deseo inconsciente de seguir los pasos de su padre y casarse por dinero.)






Parte 2: Spielratte

El hecho es este: Lanzer había desarrollado un miedo obsesivo a “la idea de las ratas” luego de que un colega del servicio militar le contara acerca de un método de tortura oriental que implicaba un contenedor lleno de ratas sujeto a la parte posterior del torturado, de modo que las ratas sólo tuvieran una forma de escapar...
En particular, era persistente el miedo a que este tipo de tortura le fuera aplicada a Gisela y, de una manera no menos obsesiva, Lanzer se imponía sanciones con el fin de evitar que ocurriera aquello.


1)     La deuda del correo:
Anotaciones preliminares: Durante el servicio militar ocurrió una vez que alguien pagó por un paquete de correo por Lanzer. Un capitán informa a Lanzer sobre la identidad del benefactor y le indica que le vuelva el dinero. Pero para el momento en que el paciente descubre que el dato era equivocado, ya se había construido una primera sanción obsesiva: Lanzer razona que si no cumple con su palabra (es decir, devolver el dinero al supuesto pero falso benefactor), habrá consecuencias desastrosas para todos.
Es difícil para el paciente no acatar su sanción. En un sueño resuelve la situación en un complicado intercambio de dinero que incluye al benefactor falso, al benefactor verdadero, y a una joven mujer que trabaja en la oficina de correos.


Versión publicada: Sin embargo, en el caso publicado Freud ignora los datos de sus propias anotaciones (según las cuales lo más probable era que el benefactor fuera el teniente encargado del correo de los soldados) para argumentar, de un modo inesperado, que a quien en realidad se le debía el dinero era nada menos que a la joven mujer que trabajaba en la oficina de correos… En otras palabras, la mujer que sólo aparece en un sueño del paciente se convierte ahora en un actor definitivo, cuyas palabras también se nos reporta.  Hay que insistir: en las notas no hay nada que permita suponer que Lanzer siquiera hubiera estado alguna vez en la oficina de correos, menos aún que hubiera conocido a la persona detrás del mostrador.


2)     El Capitán anónimo:
En una sesión posterior –y a pedido de Freud- Lanzer agrega la mención de un hecho que habría ocurrido antes de lo recién expuesto.

                Versión publicada: El primero en dar cuenta a Lanzer sobre la existencia de un paquete para él, había sido otro capitán, que el paciente acababa de conocer. Este anónimo le cuenta que antes de ese primer encuentro, casualmente había oído preguntar por un tal Lanzer en la oficina de correos, ya que tenía correspondencia. Según la versión publicada, cuando el anónimo hubo respondido que no lo conocía, la joven mujer que trabajaba en la oficina dijo que podía confiar en Lanzer (un soldado cualquiera, desconocido para ella) y pagar su cuenta.

                Anotaciones preliminares: Ya habíamos dicho que en las notas no se dice nada acerca de la existencia de esta joven confianzuda y lisonjera -excepto por aquel sueño del paciente.
Además, como si no fuera lo suficientemente inverosímil, esta versión -en la que el benefactor fue la joven empleada y no el teniente encargado del correo de los soldados- no explicaría cómo el paquete llegó a manos de Lanzer.


¿Para qué inventaría esto Freud? En resumen, Freud vuelve a los paralelismos que tanto benefician a su teoría, e inventa una rivalidad entre la joven que trabaja en la oficina de correos (“la chica pobre”) y la hija del dueño de un hotel (“la chica rica”). Y no diremos nada acerca de que la existencia de la segunda jamás se menciona en las anotaciones...


 3)     La solución a la idea de las ratas:
Anotaciones preliminares: Se registra que en cierta sesión Lanzer cuenta varias anécdotas de cuando su padre era un soldado. En una de ellas su padre había perdido prácticamente todo su dinero apostando en un juego de cartas. Ante su desesperación, un colega decide prestarle dinero. Luego de terminar el servicio militar, el padre intentó localizar a este hombre, pero no lo logró. Freud termina escribiendo entre paréntesis: “¿pagó su deuda?”.


Hay dos posibilidades: o el padre pagó su deuda antes de terminar el servicio y buscaba al hombre por otras razones, o no pagó su deuda nunca.
Por su pregunta al final, es evidente que Freud no intentó interrogar al paciente al respecto, por lo menos en esa sesión (fechada el 30 de Noviembre de 1907).

Pero las minutas de la reunión de la Sociedad Psicoanalítica de Viena en la que Freud reporta haber descubierto la solución del caso registra que, en palabras del Profesor:

“[El padre] probablemente nunca pagó esta deuda puesto que era un Spielratte” (Fechado el 8 de Abril de 1908) (6).

En primer lugar, puede verse que en más de tres meses Freud todavía no había hecho el esfuerzo de preguntar a Lanzer sobre este importante punto. También llama la atención el atributo de Spielratte (rata de juego, rata de apuestas), ya que es algo que no había aparecido antes en sus anotaciones.
Es más, pareciera que Freud es el primero y el único en caracterizar al padre del paciente como un Spielratte, a fin de aumentar la probabilidad de que el hombre fuera de hecho un deudor.


Versión publicada: Aunque Freud no parecía tener mucha prisa por interrogar a Lanzer, lo que dijo a sus lectores fue que “el paciente no sabía con seguridad” si su padre pagó o no la deuda. Luego agrega que el recuerdo de este pecado de la juventud del padre era muy doloroso para el paciente…
…Puesto de otro modo: según Freud el paciente no sabía si su padre era un deudor o no, al mismo tiempo que el hecho de que su padre fuera un deudor le causaba dolor.

Las ratas/penes/niños/Lanzer/casamiento/excremento/dinero, etc.


Notas:
(1)  Mijolla, Alain de (1993), ‘Freud, la biographie, son autobiographie et ses biographes’, Revue internationale d’histoire de la psychanalyse, pp.81–108.
(2)  Gay, Peter (1988), ‘Freud. A Life for Our Time’, New York, Norton.
(3)  Wilkinson, Ronald (1985), Section ‘History of science/ Psychoanalytic collections’, Library of Congress Acquisitions, Manuscript Division, pp.27–31.
(4)  Ibídem, p.27.
(5)  Freud (1907–8b), pp.76, 84.
(6)  Nunberg, Herman and Federn, Ernst (eds.) (1962),Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society, vol. 1: 1906–1908, trans. M. Nunberg, New York, International Universities Press, pp.370-1.
Citados en: Borch-Jacobsen (2012).

Bibliografía:
Freud, Sigmund (1907–8a), Original Record of the ‘Ratman’ Case, SE 10.
Freud, Sigmund (1907–8b[1994]), L’homme aux rats. Journal d’une analyse, trans. into
French by Elza Ribeiro Hawelka in collaboration with Pierre Hawelka, Paris, Presses Universitaires de France (4th edn).
Freud, Sigmund (1909), ‘Notes upon a case of obsessional neurosis’, SE 10.


Citados en: Borch-Jacobsen, Mikkel y Shamdasani, Sonu (2012), ‘The Freud les: an inquiry into the history of psychoanalysis’, New York, Cambridge University Press, pp. 208-223.

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