El Psicoanálisis y la Ciencia. Hipótesis
Falsadas IV. Sustitución de síntomas, Psicogénesis del Autismo, Caracterología
de Sanitario.
A menudo se
pretende salvar al Psicoanálisis aduciendo que trata temas olvidados por la
ciencia o que la ciencia no puede explicar (los sueños, los lapsus, la
represión, etc.). Esta lastimera objeción siempre acompañó a los religiosos,
que pretenden refugiar a Dios en aquello que la ciencia aun no sabe con
exactitud (el origen del universo o, en el pasado, la diversidad de las especies, por ejemplo).
Es inútil por dos razones:
A- Es una
falacia conocida como ad ignorantiam,
consistente en afirmar la verdad o falsedad de una proposición aduciendo la
falta de pruebas en su contra.
B- La
ciencia sí tiene hipótesis que explican buena parte de los “misterios” de la
mente, y a menudo son contrarias a las del Psicoanálisis.
Veamos qué
hay en esos rincones oscuros en donde antes reinaba el Psicoanálisis:
1- Sustitución
de síntomas.
La sustitución de
síntomas perteneció a un viejo debate, que se fue apagado poco a poco, a medida
que la evidencia comenzó a aparecer. Esta sustitución de síntomas le daría al psicoanálisis
su mayor ventaja, en palabras de Anna Freud:
“En la concurrencia con las psicoterapias, [los analistas] están en su derecho de
sostener que lo que tienen que ofrecer es único, es decir cambios
profundos de la personalidad, en relación a tratamientos sintomáticos más
superficiales.”
Freud era de la misma opinión,
“…pero el psicoanalista
tiene derecho a adoptar la posición del cirujano, que es sincero y cobra
caro porque dispone de tratamientos
capaces de remediar.” (Sobre la iniciación del tratamiento. Nuevos consejos
sobre la técnica del Psicoanálisis, 1913).
Y en sus “Conferencias de Introducción al Psicoanálisis”
(1915-1917).
“… existen vastos grupos de perturbaciones nerviosas para los cuales la
trasposición de nuestra mejor comprensión en un poder hacer terapéutico se ha comprobado en los hechos, y en el
caso de estas enfermedades, de difícil acceso por otras vías, obtenemos, en
ciertas condiciones, éxitos que no les
van en zaga a otros cualesquiera en el campo de la medicina clínica.” (Conferencia 16).
“La neurosis obsesiva y la histeria son las formas de
contracción de neurosis sobre cuyo estudio comenzó a construirse el
psicoanálisis, y en cuyo tratamiento
nuestra terapia festeja también sus triunfos. La terapia analítica hinca más hacia la raíz, llega hasta los
conflictos de los que han nacido los síntomas y se sirve de la sugestión para
modificar el desenlace de esos conflictos. La terapia hipnótica deja a los
pacientes inactivos e inmodificados, y por eso, igualmente, sin capacidad de
resistir cualquier nueva ocasión de enfermar. La cura analítica impone a médico
y enfermo un difícil trabajo que es preciso realizar para cancelar unas
resistencias internas. Mediante la superación de estas, la vida anímica del enfermo se modifica duraderamente, se eleva a un
estadio más alto del desarrollo y permanece protegida frente a nuevas
posibilidades de enfermar”. (Conferencia 28).
La hipótesis presenta
ciertos problemas, como:
1- Cómo determinar si se
trata de una sustitución. ¿No puede una enfermedad mental suceder a otra?
2- ¿Qué tiempo debe pasar
entre el alta terapéutica y la aparición de otro síntoma?
3- ¿No puede un síntoma
subyacente cobrar relevancia una vez eliminado otro, de mayor gravedad?
Por supuesto, los
psicoanalistas no responden esto. A ellos les basta suponer una superioridad e
inventar la sustitución de síntomas con fines propagandísticos.
Warren Tryon, en su artículo “Whatever happened to symptom substitution?” (Clinical Psychology review,28, 963-968, 2007),
concluye que el asunto fue abandonado, luego de revisar la no muy nutrida
bibliografía científica al respecto. En definitiva, los pocos estudios que
existen sobre sustitución de síntomas no hallan evidencia que la respalde.
Diferentes estudios, con
períodos de seguimiento desde 12 semanas hasta 5 años, no mostraron evidencia
que mostrara el surgimiento de otros síntomas luego de un tratamiento exitoso y, en la mayoría de los casos, ni siquiera
recaídas.
Nurnberger,
J. I., & Hingtgen, J. N. (1973). Is symptom substitution an important issue
in behavior therapy? Biological
Psychiatry, 3, 221− 236.
Speed, J.
(1996). Behavioral management of conversion disorder: Retrospective
study. Archives of Physical Medicine
& Rehabilitation , 77, 147− 154.
Fuchs, K.
(1980). Therapy of vaginismus by hypnotic desensitization. American Journal of Obstetrics and
Gynecology, 137,1−7.
Wille, S.
(1994). Primary nocturnal enuresis in children. Background and treatment.
Scandanivan Journal of Urology
& Nephrology Supplement,156,1− 48.
Wille, S.,
& Anveden, I. (1995). Social and behavioural perspectives in enuretics,
former enuretics and non-enuretic controls. Acta Paediatrica, 84,37−40.
Una nota que tomamos de base para este
segmento:
2- Personalidad según fijación con una fase del
desarrollo psicosexual.
Los supuestos estadios del Desarrollo psicosexual, tales como la Etapa
fálica, Anal u Oral, supuestamente tendrían un correlato posterior, el carácter
(Carácter anal, fálico, etc.)
El grueso, torpe reduccionismo de esta caracterología de sanitario llevó a
algunos autores a suponer que, por ejemplo, los japoneses son “Anales”, debido
a una rígida educación de baño (algo nunca demostrado, y que no tiene base
empírica).
Por ejemplo,
según la conjetura del Psicoanálisis, una educación estricta tiene como
resultado individuos con una personalidad “anal” (quienes se preocupan por todo
y son muy puntillosos), en tanto que una educación permisiva daría como resultado tipos “orales”, relajados y expansivos.
No se ha
encontrado ninguna correlación entre las dos variables. La ausencia de estudios
al respecto es fácil de explicar: habría que realizar seguimientos de más de
treinta años para averiguar si la educación acerca de cómo usar el baño en la
infancia produce los tipos de carácter sugeridos. Al Psicoanálisis le basta -como
tantas otras veces- con afirmarlo.
Los pocos estudios que existen al respecto
concluyen que tal correlación no existe.
Sewall, W.H., 1952, “Infant training and the personality of the
child”, American Journal of Sociology, 58, pp.150-159.
3- Autismo y psicogenia.
Bruno
Bettelheim, haría popular la hipótesis de que el autismo es causado por los
padres, reviviendo la teoría de las “madres refrigerador” de Leo Kanner.
Otro libro de Bettelheim, que transforma toda la literatura infantil en criptopornografía (nótese la cara del lobo). |
Bettelheim
era notablemente charlatán. En su currículum –de 14 páginas- decía ser:
Doctor Summa cum laude en filosofía, historia
del arte y psicología, pintor, escultor, asistente del museo, participa en
excavaciones arqueológicas, miembro del consejo de vivienda, director de la
sección de arte de la biblioteca de baja Austria, y enseñar arte en las escuelas
Montessori, además de formarse como psicoanalista y editar dos libros. Todo esto
antes de cumplir los 35 años.
Casi no había tiempo para todas estas cosas, y se
sabe que sólo tenía un doctorado en filosofía –además de haberse hecho cargo de
la empresa maderera de su familia-, pero como la Universidad de Austria
destruyó sus papeles, es imposible averiguar más.
También
decía haber sido presentado a Freud, y que debía su liberación de los campos de
concentración a la intervención de
Eleanor Roosevelt (no existen datos sobre ninguna de las dos afirmaciones).
Si bien la
hipótesis del autismo como una enfermedad producida por los padres –ya sea por
rechazo o sobreprotección- es previa a Bettelheim, este la popularizó con su
libro “La fortaleza vacía” (1967),
en el que hacía una analogía por lo menos sorprendente entre su experiencia en
los campos de concentración nazi, y el autismo:
“El niño que desarrolla una
esquizofrenia infantil (nombre dado al autismo en sus inicios) parece
percibir su vida y a sí mismo exactamente como lo haría un prisionero en un campo de concentración: sin ninguna esperanza y a merced
de fuerzas exteriores irracionales y destructoras que lo utilizan para sus
propios intereses”.
Es más, los prisioneros nazis eran más afortunados:
“La diferencia entre la terrible condición de prisioneros en los campos de
concentración y las condiciones que favorecen la aparición del autismo
y de la esquizofrenia en los niños es, evidentemente, que el niño nunca ha tenido la oportunidad de
desarrollar su propia personalidad”.
“A lo largo de este libro, expongo
mi convicción de que el factor
determinante en el autismo infantil es el deseo del padre de que el niño no exista”.
La idea era
sencilla: como los autistas tenían conductas semejantes a las de algunos
prisioneros de campos de concentración nazi, sin duda los padres eran similares
a los guardias de estos campos. El Instituto que dirige durante 30 años
Bettelheim, llamado la “Escuela
Ortogénica” puso en práctica supuestamente sus teorías: era preciso separar
a los autistas de sus padres.
Aunque los
reportes son variados, no faltan los pacientes que acusan a Bettelheim de
maltrato psicológico y físico y despotismo. No existen datos fiables de que la
escuela ortogénica y el enfoque de Bettelheim hayan sido beneficiosos para
nadie.
Bruno
Bettelheim se suicidó en 1990.
Otras hipótesis del Psicoanálisis respecto al
autismo:
a- Es producido
por el afecto de los padres.
b- Es
producido por el desafecto de los padres.
c- Es una
decisión soberana del niño…
Otra
psicoanalista, Beata Rank, publicaba en el American Journal of Orthopsychiatry
(19 de Enero de 1949):
“Tienen un deseo tal (las madres), una esperanza tal
de encontrar en la maternidad un medio de existir, de ser una verdadera persona capaz de
verdaderas emociones que acaban por angustiarse, llenas de ambivalencia y temen fracasar en su proyecto”.
Lo que se sabe hasta ahora del abanico de trastornos del espectro autista
es su base genética, y su clara relación con el cerebro –no con el inconsciente
o con el trato de los padres. Pueden revisar las fuentes de la entrada de
Wikipedia al respecto:
O la página de la OMS:
Nadie recomienda el Psicoanálisis como tratamiento eficaz para el autismo.
“El Grupo de
Estudio no recomienda la terapia psicodinámica como tratamiento de los TEA y
destaca que el planteamiento
psicoanalítico del autismo ha constituido uno de los mayores errores en la historia de la neuropsiquiatría
infantil.”
Se lee en la “Guía de buena práctica para el tratamiento de los
trastornos del espectro autista Ministerio de Sanidad y Consumo. España”.
También el
ministerio de Salud de Francia ha dejado de recomendar el Psicoanálisis como
terapia para el autismo, en Marzo del 2012:
Al igual que
la OMS:
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